El arquitecto Juan de Ciórraga diseñó en la segunda mitad del siglo XIX el modelo de soportal que imita un paseo cubierto a orillas del mar, que entonces llegaba a la parte trasera de las edificaciones. Los muros de las puertas todavía conservan las argollas metálicas de amarre de navíos. Estos portales solían tener la anchura de un remo, tamaño óptimo para cobijar los barcos los días de temporal.
Antiguas viviendas de pescadores, las galerías formaban una cámara térmica que protegía la fachada de la lluvia y permitía relacionar visualmente el interior con el exterior, posibilitaba la ventilación, captaba el calor en invierno y refrescaba las habitaciones en verano.
El conjunto se edificó en dos fases al derribarse las antiguas murallas. La primera en 1870 y 1876 y la segunda en 1879 y 1884. La fachada principal asoma a la Plaza de María Pita y calle Riego de Agua, Con el tiempo este conjunto de galerías traseras, prohibidas en el primer piso por la ordenanza municipal de 1854, se ha convertido en la imagen simbólica de la capital. Algunas tienen más de 25 metros de galería continua, otras están ornamentadas con vidrios polícromos. Entre sus ilustres moradores puede citarse a la Condesa de Fenosa.
Esta escenografía acristalada de las galerías proporciona al visitante un espejo que recoge los reflejos de la luz del día desde el amanecer hasta la caída de la tarde, lo que le ha otorgado a A Coruña el nombre de Ciudad de Cristal.